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viernes, 12 de enero de 2018

Un secreto bien guardado…



     La fe, si se considera en su propiedad esencial y pura, no contiene tal perfección como el amor... El amor es superior a todo... durable, sublime, más parecido a Dios...
                                                                                  Miguel Servet (1511-1553)




        La Historia de la Iglesia cuenta que desde que el Papa Clemente V condenara a aquella pequeña congregación de mujeres en el Concilio de Viena en 1312, obstinadas en su voluntario alejamiento del Canon Eclesiástico, habían sobrevivido aisladas del favor secular por toda Europa, alejadas del dogma porque no consentían aceptar el estigma cristiano: y esa, y no otra, había sido siempre su gran culpa.
      El Familiar no ignora como, en tan aciagas circunstancias, la suerte de estas mujeres estaba predestinada desde que por orden expresa del Gran Inquisidor habían sido arrancadas de la paz y retiro en su beguinato.
        El resto de cuanto aconteció en las ignominiosas garras de sus verdugos, queda para la intrahistoria, aquella que en el relato de los sucesos que precedieron al Auto de Fe, aquí se detallan, y como muchos otros episodios de abnegación y fe cristiana, forman parte del más absoluto secreto del mundo de las beguinas y cuanto de ello no consintieron dejar por escrito.
                         El secreto de las beguinas (Trifaldi, 2ª edición).




 

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